En el mar, mirando al cielo
Imposible apartar la vista desde el primer vistazo: el elemento de diseño que primero afirma el carácter del Sessantadue 62 es su proa vertical. Una línea que une el mar y el cielo, y que acentúa el encanto naval del yate. La línea de flotación se alarga, con lo que la embarcación se beneficia en términos de audacia y musculatura, pero sin sufrir en términos de armonía de formas, que es un elemento distintivo de los nuevos modelos flybridge de Cranchi Yachts.
Perfecta continuidad entre el interior y el exterior
En el Sessantadue 62, la frontera entre la bañera y el salón parece desaparecer: a cada lado de la doble puerta corredera de cristal, tanto el suelo como el techo están recubiertos de teca, dando la impresión de una gran veranda única donde los espacios se funden y se expanden hacia el exterior. Continuando en el interior de la cubierta principal y luego bajo cubierta, las superficies de teca conviven magníficamente con las de laca clara, y con soluciones de diseño de mobiliario e iluminación que transmiten una sensación inmediata de bienestar y elegancia relajada. Estás en el mar, pero te sientes a un paso del cielo.
La esencia de un flybridge, en clave contemporánea
Líneas depuradas, capacidad para interpretar los materiales en clave contemporánea con influencias de la tradición marinera y adopción de opciones estilísticas derivadas del entorno residencial: todo ello hace del Sessantadue 62 un yate que pretende ser elegante y esencial sin renunciar al minimalismo. Su elegancia es relajada, cálida, acogedora, concebida para inspirar y transmitir una sensación de libertad.
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