El Settantotto, de 25 metros de eslora, es una gran exhibición, elaborada con la máxima atención al detalle; un concepto de belleza que es a la vez moderno y clásico, esencial pero no mínimo... intemporal. Tiene una forma fluida, sin bordes definidos, que transmite una sensación de equilibrio natural. Las elecciones de diseño de Christian Grande -que ha trabajado en estrecha colaboración con el Centro de Investigación de la Construcción Naval- no son excesivas, ni forzadas, ni agresivas. Sin embargo, este modelo exhibe la potencia que cabe esperar de cualquier buque insignia. Sus formas suaves y musculosas están preparadas para enfrentarse al mar en cualquier condición: un casco perfecto, una proa alta y abocinada y una borda pronunciada.
Además, la expresiva combinación de colores utilizada para la estructura y la superestructura, esta última visiblemente más ligera, ha realzado las formas elegantes y sinuosas del yate y la sensación de puro asombro cuando se descubren los amplios ambientes y los generosos volúmenes dedicados a las zonas interiores, llenos de luz natural, como se desprende de las sustracciones simétricas en el casco, en la cubierta principal y en la inferior.
Libertad sin límites
La cubierta principal y el fly comprenden grandes espacios abiertos con zonas dedicadas a la socialización y al relax, de proa a popa. También hay una plataforma de playa contigua a la que se puede acceder con seguridad y facilidad. La plataforma de playa incluye un ascensor que puede subir, bajar o desplazarse hacia delante. La cubierta también puede transformarse en una inmensa terraza con vistas al mar, gracias a la superficie extra que proporciona el garaje revestido de teca. El compartimento de almacenamiento del garaje cuenta con un amplio espacio para la embarcación auxiliar y la moto de agua, que puede separarse de la zona más cercana a la playa utilizada para las chaise longues.
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