
Chantiers Amel
Quiénes somos
EL ESPÍRITU AMEL
Henri Amel, fascinado por la vela desde muy joven, ya navegaba en pequeños yates cuando era adolescente. Herido en un ojo durante la guerra, perdió completamente la vista durante varios años, pero nunca renunció a su sueño de construir yates robustos, cómodos y fáciles de manejar.
En 1964 se hizo cargo de una empresa en La Rochelle, ARPIN. Después de que los talleres de ARPIN fueran destruidos en 1968, el actual astillero AMEL se abrió en 1969 en Périgny, La Rochelle
AMEL siempre ha desarrollado su propio equipamiento, como los sistemas enrolladores de vela AMEL en 1983 y la hélice de proa retráctil eléctrica en 1985. El Super Maramu fue el éxito de finales de los 80 y principios de los 90, con 480 unidades construidas. Henri Amel muere en 2005 y, desde entonces, todos los yates llevan el nombre de AMEL.
Diseñados y construidos íntegramente en La Rochelle, los modelos actuales se benefician de cincuenta años de experiencia con el espíritu AMEL impulsando cada etapa de la construcción, desde la elección de los materiales hasta el acabado de la carpintería, así como de la asistencia permanente al cliente en todo el mundo.
Hoy en día, la plantilla de AMEL ronda los 125 trabajadores con tres modelos en la gama: el AMEL 50, el AMEL 55 y el AMEL 64. El diseño interior y las líneas exteriores reflejan las tendencias modernas, pero se siguen respetando los fundamentos de AMEL: seguridad, facilidad de manejo y confort en el mar en cualquier condición de navegación.
Diseño interior
Nuestros valores
100% MADE IN FRANCE
Stratifieurs, menuisiers, vernisseurs, électriciens, plombiers, mécaniciens, gréeurs, accastilleurs, selliers… Ce sont plus de 30 corps de métiers qui collaborent à la conception et à la construction des voiliers. En una búsqueda permanente de acabados irrépidos, la sélection des matériaux fait l’objet de toutes les attentions en privilégiant le savoir-faire français.
L’ÉCOUTE DES CLIENTS
Acquérir un voilier n’est no un achat comme les autres, c’est une part de rêve, un style de vie que l’on construit. Para los colaboradores de Chantiers Amel, la concepción de cada barco es un proyecto único. Una cabina activa, que se anticipa a las demandas, es fuerza de propuestas y facilita los desplazamientos hasta la grúa, la toma de contacto del piloto con su propietario y la ayuda necesaria para su mantenimiento. Para los Chantiers Amel, un cliente, al igual que un barco, no es un número, es único y forma parte de la familia