Los módulos de flotación se moldean en una sola pieza a partir de una resina de polietileno termoplástico resistente a las grietas y los esfuerzos. Los módulos se autocolorean con pigmento negro de carbón para una máxima resistencia a la luz ultravioleta. No se ven afectados por la ósmosis, los organismos marinos ni las sustancias químicas normalmente presentes en el entorno marino. Las orejetas de montaje incorporadas permiten la conexión directa de los módulos al sistema de armazón. Los flotadores pueden rellenarse con agua u hormigón para añadir lastre y aumentar la estabilidad. El lastre también puede utilizarse para subir y bajar el flotador en función de los distintos requisitos de francobordo. En caso necesario, los flotadores también pueden rellenarse de espuma para mayor seguridad.
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