El AMC 300 está diseñado para hacer el trabajo, incluso en condiciones adversas. Totalmente funcional a partir de -40 °C, el controlador puede arrancar por autocalentamiento y controlar y hacer la vigilancia de los equipos auxiliares desde esta temperatura extrema. El bastidor montado en la base y el robusto armario metálico le confieren propiedades superiores de resistencia a los golpes, a los choques de 50G y a las vibraciones durante el funcionamiento y el transporte. Por ejemplo, el bastidor está montado con un gran tornillo en la placa trasera del cuadro eléctrico, de modo que la unidad no puede caerse de los raíles DIN después del transporte.
Las bridas garantizan una mejor conexión a tierra, aumentando la protección contra las perturbaciones eléctricas. La interconexión en placa base de los módulos de E/S garantiza una comunicación fiable en entornos difíciles. Los componentes incorporados proporcionan una protección eficaz de la fuente de alimentación y los circuitos de E/S contra los impactos de los rayos. El AMC 300 es inmune a las ráfagas de ESD a un nivel conforme a las normas internacionales, lo que reduce el riesgo de que se dañen los terminales.
Todas las unidades se someten a pruebas de producción completas y se verifican en fábrica mediante la prueba HALT (Highly Accelerated Life Testing), y la plataforma basada en Linux proporciona un software de sistema robusto y a prueba de fallos. Estas y otras características se suman a una vida útil de al menos 10 años para el AMC 300, además de una solidez suprema que reduce los costes de servicio y los tiempos de inactividad.
Opciones de diseño de soluciones flexibles
La arquitectura modular del AMC 300 le permite utilizarlo para soluciones compactas, flexibles y de fácil mantenimiento, desde simples módulos de rack plug-and-play hasta cableado con conectores enchufables.
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