IONGUARD es realmente un gran paso adelante en la protección de cualquier embarcación contra los efectos de las corrientes eléctricas parásitas.
Los ánodos de sacrificio actuales han cambiado muy poco desde que Sir Humphrey Davey los inventara en 1824, y la protección de una embarcación frente a los daños sigue siendo, en gran medida, un asunto de aciertos y errores. El problema no son los ánodos en sí, sino el grado de erosión que sufren en una temporada normal y la dificultad de controlar la velocidad de erosión. Es muy costoso desguazar un barco para comprobar el estado de sus ánodos y no mucho más barato contratar a un buceador para que lo haga. Hasta ahora, muchos propietarios, al darse cuenta de que el coste de no comprobarlos podía ser mucho mayor, ¡han tenido que gastarse el dinero!
sin embargo, estos problemas pertenecen al pasado y la solución es Bruntons IonGuard. Este ingenioso dispositivo es capaz de proteger por sí solo las embarcaciones más pequeñas, pero a los propietarios de embarcaciones más grandes les brinda la oportunidad de controlar el índice de desgaste de los demás ánodos de la embarcación sin necesidad de remolcarla ni de utilizar buzos, y ésta es sólo una de sus muchas ventajas.
El ánodo propio de IonGuards se sustituye fácilmente mientras su embarcación está a flote. La sustitución es tan sencilla como desenroscar el ánodo viejo y enroscar el nuevo.
Los yates de regata pueden tener su ánodo retraído en segundos, reduciendo la resistencia. Puede que no parezca gran cosa, pero cada segundo cuenta, y cuanto más limpio esté el fondo de un yate de competición, mejor
A menudo se necesitan ánodos diferentes para el agua salada y el agua dulce, un hecho que muchos propietarios desconocen. Con IonGuard, el tipo de ánodo puede cambiarse en segundos, garantizando que la embarcación recibe la mejor protección posible.
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