El reloj campana del barco fue inventado a finales del siglo XIX. El nombre del reloj de campana deriva de la señal dada por la campana del barco, que originalmente fue cronometrada usando un reloj de arena. El reloj de arena estaba suspendido sobre la rueda del barco en los veleros, cerca de la campana del barco. El reloj de arena se utilizó para dividir las tareas diarias a bordo de un barco en 6 turnos de 4 horas cada uno. Como sigue siendo habitual hoy en día, los cambios se realizaban a las 4 de la mañana, 8 de la mañana, 12 de la tarde, 4 de la tarde, 8 de la noche y medianoche. Cuando sonaron 8 campanas, se acusó a un cambio y el timonel de servicio giró el reloj de arena. Después de media hora, la arena había pasado desde la mitad superior del reloj de arena hasta el fondo. Un sonido de la campana indicaba que había pasado la primera media hora del turno. Después de la segunda media hora, el reloj de arena se volvió a girar y el timonel utilizó dos timbres de la campana para hacer saber que había pasado la segunda media hora del cambio. Con cada media hora adicional, se añadía un timbre de la campana hasta que se hubieran alcanzado 8 campanas (= 4 horas del turno) y se realizara el siguiente cambio. El claxon fue operado a un ritmo específico: Las horas completas fueron sonadas por un doble golpe (hacia adelante y hacia atrás), con el segundo anillo ligeramente más fuerte. Luego hubo una breve pausa antes de que sonaran los siguientes timbres. Por ejemplo, a las 12, había 8 campanas: ding-ding, ding-ding, ding-ding, ding-ding, ding-ding, o a las 9.30: ding-ding, ding. El reloj de campana del barco se hizo cargo de la función del reloj de arena y de la campana. La tecnología ha permitido reproducir perfectamente el ritmo de los timbres y el sonido de la campana, indicando al mismo tiempo la hora exacta.
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